viernes, 1 de marzo de 2013

"9

Ya el aleteo del delirio
a medias cubre el alma,
y a beber da ardiente vino
y a oscuro valle llama.

Y comprendí a lo que yo
debo otorgar la victoria,
escuchando a mi interior
como si extraño fuera ahora.

Y en absoluto me permite
que algo mío conmigo lleve
(por mucho que le suplique
y por mucho que le ruegue):

ni los ojos del hijo espantados
- pétreo sufrimiento -
ni el día aquel atormentado,
ni en la prisión la hora del encuentro,

ni el frescor de la querida mano,
ni la sombra estremecida de los tilos,
ni el ligero sonido lejano -
palabras de consuelos últimos."

ANA AJMÁTOVA


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