martes, 8 de enero de 2013

"Mi adorable y querida Frances:

Siete millas no son por lo común una gran distancia, ni siete horas muy largas, pero cuando se interponen entre nosotros parecen multiplicadas hasta el infinito. Mi corazón rebosa de anhelo por ti, y mi mente está colmada con tu imagen frágil e iridiscente. Resuena en mis oídos el eco plateado de tu voz, y mi cuerpo siente la picazón de la ausencia de la pasión del tuyo.

Por alguna razón, Dios me ha dado la mejor mujer de todas las mujeres, la idea hasta ahora intangible e inalcanzable del sueño de cada poeta y del deseo de cada hombre. Eres juventud y verdad eternas, ternura y pasión, y una belleza deslumbrante que atormenta al tiempo que alivia mi corazón. Eres la visión que hace un millón de años elevó al hombre de la bestia; y de repente esa visión se ha encarnado y está en mis brazos.

Eres mi luz y mi aire, mi alimento y mi bebida, mi existencia más íntima.

Te veneraré y adoraré
por todas las eternidades.

Ogden"

OGDEN NASH (1902-1971),
A FRANCES LEONARD, 29 DE JULIO DE 1931

www.findagrave.com/cgi-bin/fg.cgi?page=gr&GRid=31110575

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