Es casi la hora de acostarme, pero no puedo ir a dormir sin decirte "Te quiero". Te quiero hasta el punto de que el anhelo y el deseo, el dolor de mi corazón y la soledad amenazan con dominarme por completo. Pese a la gente que me rodea, esa soledad está siempre presente porque sólo tú importas. Sueño intensamente con estrecharte en mis brazos y con sentir tu cuerpo más y más cerca a cada respiración. Querida, enloqueceré si no te veo pronto, porque el deseo ya casi me quema. Anhelo besar tu piel suave y adorable y sentir tus labios en los míos cuando nuestros cuerpos se tornan uno. Esta noche no estarás conmigo para acariciarte, ni se alzarán ante mis besos tus senos amados, ni percibiré el aroma de tu pelo. En realidad, no existirá nada. Tu corazón se hallará conmigo, pero mi sueño estará vacío, tan diferente de la maravillosa sensación de tenerte siempre junto a mí. Deseo desesperadamente volver a ser tu auténtico marido y no un hombre lejos del hogar cuyo corazón rompe el ansia por reunirse contigo.
... Te necesito. "Necesitar" no es más que una palabra, pero tú sabes lo que significa para los dos."
GERALD BUNYAN, EN UNA CARTA
A SU ESPOSA MAVIS, 13 DE JULIO DE 1945
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